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martes, 19 de junio de 2012

Estambul de demolición



Hoy subo al blog una arquitectura distinta a la habitual; por una vez vamos a descansar de esos diseños sixties que tanto gustan a la que suscribe y aprovechando una semanita que he estado en Estambul, voy a pegarle un repaso a unos cuantos edificios modernistas o de estilos sin determinar que he tenido el placer de visitar, o mejor dicho, encontrarme por sorpresa.

Así que siento decepcionar a los miles de lectores que esperaban encontrar aquí los sitios habituales, como son antiguas cisternas, mezquitas, puestas de sol, puestos callejeros de chucherías o gente rezando, porque hoy esto va de un Estambul alternativo y de  edificios que se caen a cachos, lamentablemente...

Y por cierto, hablando de lamentos y aunque nada tenga que ver con esto: La cafetería Mola ha cerrado. Triste noticia. Pronto subiré la evidencia...


Comienzo con una soberana casa que por desgracia muy pocos valoran. Sita a escasos metros del Bazar Egipcio, también conocido como Bazar de las Especias, en Eminonu, se encuentra esta magnífica casa que sin duda antaño tuvo que ser un palacio.

Actualmente, ahogada entre dos callejucas y sin apenas perspectiva para sacarle una foto medianamente buena, alberga en su interior pequeños y destartalados negocios de poca envergadura y sobretodo muchos almacenes.



Las imágenes que se encuentran juntos encima de estas líneas pertenecen a ella: Un pomo y las dos puertas de entrada al edificio, como observaréis,  aprovechadas al 100%....

A lo largo del blog veréis que casi todas las imágenes están en blanco y negro, salvo algunas que he preferido dejar al natural. Esto se debe a que, para qué nos vamos a engañar, me encanta jugar con Photoshop y sobretodo he conseguido devolver gran parte del encanto a muchas de estas edificaciones. Os aseguro que están mucho más bonitas así...



Igualmente cerca del Bazar Egipcio me encontré con esta otra maravilla de casa.
Los tropiezos esa mañana fueron constantes, pero es que una no puede dejar de mirar hacia arriba para dejaste deslumbrar por estas maravillas, y el caso es que el suelo adoquinado de Estambul también está hecho una pena.



Y luego uno va andando y se encuentra con casas absolutamente preciosas, tan preciosas como decadentes, destartaladas, ruinosas, pero tan bonitas.... La casa que aparece en segundo lugar es el típico ejemplo de casa otomana, casas fabricadas en madera y que en su mayoría han sufrido los estragos de incendios y terremotos...






Pero la casa más preciosa con la que yo me he topado, y encima por pura casualidad, ha sido ésta, la que yo he bautizado como "La casa de las Rosas" a falta de un nombre de verdad o un arquitecto al que atribuírsela...
También se encuentra muy cerca del bazar de las especias y es desde luego una visita ineludible, se pongan como se pongan los que escriben las guías de viajes. Basta con preguntarse, si esta casa estuviese en nuestra ciudad, ¿Qué sería? Como poco y para empezar, podría ser un hotel de 5 estrellas, repito, como poco...






Y a continuación uno de esos flagrantes desatres de los que hablo, esas casitas que son preciosas y se caen a pedazos...



Y ya para terminar, después de tanta decadencia e impotencia , dejo un balcón ma-ra-vi-llo-so que gracias a Dios se encuentra en restauración. Es el balcón de forja más espectacular y bonito que yo he visto en toda mi vida (Calle Istiklak, bajando igual 1 km, donde empieza a haber tiendas de instrumentos musicales).

Espero que os haya gustado la entrada y espero también tardar menos en escribir la siguiente; y ahora si queréis, os podéis quitar el casco ;)






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