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sábado, 27 de agosto de 2011

Una noche en Carmen del Campillo

 
No se me ocurre una manera mejor que abrir el tema de hoy que con los versos de mi poeta favorito: Rubén Darío

El miércoles pasado cumplí uno de mis sueños: visitar la casa morisca conocida como Carmen del Campillo. Aún no sé cómo llegué a conocer de su existencia aunque supongo que mi afición al Narguile y mis búsquedas en Internet tuvieron mucho que ver…





La finca se encuentra en el pueblo de Crevillente, muy cerca de Elche y se llega a ella siguiendo al pie de la letra las indicaciones que figuran en su página web. El acceso al lugar se efectúa por un camino de cabras únicamente alumbrado por los faros del coche o de la luna, que por cierto brillaba por su ausencia ese día! 
 
No hay palabras para describir este lugar porque este Carmen es un cúmulo de sensaciones, una detrás de otra, donde la siguiente supera a la anterior. Seguramente decir que es un jardín de las delicias es lo más apropiado.

 
Cadencioso tintinear de agua, cantos de aves y un divertido croar de ranas son la banda sonora del enorme jardín embriagado del dulce aroma emanado de jazmines y Buganvillas, un bucólico jardín en el que jugar al escondite y toparte de repente con una pareja de pavos reales , es lo que hace de Carmen del Campillo una experiencia de lo más hedonista.
Aquí es donde estuve yo, bajo las enredaderas... ¡Más requetebien!
He tenido que forzar mucho la fotografía para que se pueda ver que efectivamente ahí durmiendo había un pavo real. Fue emocionante saber que aunque mal, no me había ido sin verlos; pero ya volveré con más luz....

 
Multicolores lámparas traídas de Oriente y África, viejos kilims, tapices y pellejos, exquisitas piezas de Art Decó, rústicos suelos de barro cocido e interiores llenos de altibajos y escalerillas son parte de la casa morisca donde viven los dueños quienes en un alarde de gusto absolutamente exquisito han combinado todos estos elementos . Lógicamente algunas estancias sólo son de uso privado.
Introducirse dentro del Carmen es muy divertido porque está lleno de mil rincones y rinconcillos bien curiosos. Puedes elegir el que más te guste y disfrutar en él de tu consumición...
 Aquella noche música Sufí inundaba cada estancia y rincón tanto del jardín como de la casa. Podéis buscar sus temas favoritos en Spotify si pincháis aquí
Loca mezcla de estilos: ¡maravillosa!
 ¿Y qué me decís de esta cocinita? Aquí también te puedes quedar a fumar tu narguile y no te preocupes por si no te han visto o no te van a encontrar; ellos al rartito te localizan!
Una salita Art decó que me dejó loca...
Y finalmente yo, celebrando con mi vestido nuevo de Divina Providencia el día taaaaaan esperado...
Eché de menos a muchísima gente, a todos mis amigos turcos que aman la belleza empezando por mi adorado Hayrullah, a mi querido Fernando que a quien tengo que llevar, aún a riesgo de que ya se vuelva tarumba perdido; a Priscilla y David, A Gabi y Em,  por supuesto a mi Carlitos Corchero, mi ángel de la guarda, con el que comparto el gusto por todo lo árabe y sobretodo a mi madre que disfruta tanto de las cosas bonitas y para la que quise tomar estas fotos...
Agradecer a mi querido amigo Israel que se hiciera 200 km de ida y otros tantos de vuelta para darme el capricho loco de ir a una "tetería perdida por el campo", él que es tan pop y tan anglo, y que ahora creo que está igual que yo: deseando volver...

Para más info podéis visitar su página web donde encontraréis fotos preciosas con más luz y unas señas estupendas de cómo llegar sin perderse. Enlace a la web


jueves, 10 de febrero de 2011

Mola

Gran descubrimiento el de esta cafetería, yo que tan poco las frecuento, si acaso en invierno la de La Mallorquina...

La cafetería Mola se encuentra en la calle Príncipe de Vergara número 112, conocida en el pasado como la calle del General Mola. ¿No os encantaría apellidaros así?


Ocurre con este tipo de decoraciones tan de los años 70, fecha por cierto en la que se inauguró esta enorme cafetería, que o se odian por raras que son o se enamora uno de ellas perdidamente, tal es mi caso.
Antes de seguir hablando quiero deciros que las fotos son de móvil, así que me he permitido la licencia de mejorarlas un poco y jugar un poco con ellas y Photoshop, que me encanta.

Os animo a todos los que paséis por este blog mío a que si os mola este estilo tan de "Cuéntame" os paséis un día a verlo, más que nada porque me han dicho que el edificio, que antes estaba ocupado por oficinas y en la actualidad está totalmente vacío, va a ser demolido. Ni que decir tiene que esta noticia de llena de una profundísima tristeza. Todavía se me abren las carnes con el recuerdo tan triste de la demolición de la preciosa Pagoda de Fisac, ese tipo de edificios que de puro raros uno al principio piensa: "madre, qué feo!", pero luego si lo madura y va educando el gusto, no puede por menos de admirar su impresionante belleza. Lo mismo me ocurre con el edificio Torres Blancas. Horroroso?? Nooo, observadlo bien, leed sus peculiaridades. Es otra joya de la época. Sigo.


Esta es la barra, larguísima aunque aquí no se vea.
¿No os encantan esas cajoneras para dejar los bolsos? En las cafeterías modernas de ahora que tanto furor causan entre los jóvenes, en esos Starbucks que tanto detesta una servidora pero que cuentan con miles de fans en su página de Facebook, no las tienen, y claro te roban el bolso!



Y de estos silloncitos tan íntimos, tan "túyyo"... qué me decís? No os parecen el summun de glamour y la sofisticación. Molan o no molan?  :D
Las lámparas..... maravillosas también.
Yo en mi cuarto tengo una lámpara de pie que no le gustaba nada a la Doña Umé, que la compró cuando se casó. Es sin duda mi pieza más querida junto al secador de pelo que me encontré en la calle... (os lo puedo enseñar al final del todo si queréis) ¿Queréis? Vale.



El sofá, de plasticote, de esos que se te queda el..., que se te queda el cuerpo pegado, los muslos como que hacen ventosa. A mi me pirran. ¿Habéis visto qué diseño tan propio de los años 70? Me recuerda también al sillón del coche de mi abuelo, un Seat 127, creo..

Lástima de servilletero de Mahou...

Pero mientras escribo esta actualización de hoy, me pregunto cuánto tardará el monstruo abominable de la especulación en llevarse por delante este espacio tan singular. Pese a la alegría de mi texto la verdad es que cuando lo pienso siento una pena muy grande y desearía poder rescatar todos los objetos que hay ahí dentro, llevármelos a mi casa, no sé... tener un recuerdo, salvar de la quema una pieza al menos...

sábado, 29 de enero de 2011

Torres Blancas: Otra vuelta de tuerca





A estas alturas ya hay mucho escrito acerca de Torres Blancas, por eso mi intención no es repetir lo que se ha dicho en la Wikipedia o en otros blogs sino  simplemente mostrar a quien se pase por aquí algunos documentos que yo, por lo menos, no he visto en ningún otro lugar, especialmente el restaurante (todo un sueño)
Espero que os guste...
A continuación os los pongo en grande para que si queréis los imprimáis


Todos los fans de Torres Blancas hemos oído ese comentario acerca de la dificultad que se presenta a la hora de amueblar espacios con esquinas redondeadas.
Aquí tenéis las fotos de un piso que actualmente se encuentra buscando dueño y que está prácticamente en el mismo estado en que se encontraba cuando sus primeros inquilinos entraron a vivir.


Un rincón de la casa
Cocina, con su encimera de gresite original



Salón
 También quienes sentimos fascinación por el edificio sabemos que arriba en el último piso existía un restaurante panorámico, un restaurante de lujo de nada menos que 5 tenedores y que regentaba el chef Ruperto de Nola, que es un referente en alta cocina española.



Los clientes del restaurante tenían derecho a disfrutar de la piscina de la azotea, pero también podía pasar un buen rato jugando una partida virtual de Golf gracias a una pantalla panorámica electrónica que existía.

Igualmente futurista me parece la idea de poder recibir la comida del restaurante en el propio domicilio a través de un pequeño montacargas situado la cocina que comunicaba restaurante con vivienda.
¡Era tan Star Trek! Me encanta!!

Actualmente, el espacio que disfrutaba este restaurante, lo ocupa una seguramente aséptica y gris oficina de la empresa aseguradora ADA.
Sin duda otro crimen, como el perpetrado contra otro edificio singular y precioso: la "Pagoda" de Fisac, a la que seguramente dedicaré otro capítulo... 
En fin...



No dejéis de leer el reportaje que cuelgo a continuación sobre el restaurante, donde encontraréis deliciosos platos y sus precios en Pesetas  :)


Para los curiosos de los planos, aquí dejo un par de ellos.





Leí en alguna parte que para que el técnico de Urbanismo no se asustase al ver el proyecto y lo rechazara, Oíza, que por entonces no contaba con los modernos programas 3D de que disponemos hoy, encargó al acuarelista un dibujo discreto y que disimulase lo rompedor de la edificación para así burlar el criterio "censor".

"Cuando hice Torres Blancas tuve ese único objetivo: molestar a la gente, agredir al paisaje, de tal manera que la gente levantara la cabeza y dijera: ¡caramba!, pero ¿tanto bien o tanto daño se puede hacer con la arquitectura?... ¡Sí, señor! ¡Estamos cansados de hacer paisajes grises, ambientes no molestos en los cuales a lo mejor no es penoso vivir, pero tampoco es gratificante!"
Sáenz de Oíza 









Podéis haceros fans de Torres Blancas en este grupo de Facebook
Y de la Pagoda de Fisac pinchando aquí
Para ver otros Blogs muy interesantes sobre este mismo tema pincha aquí y aquí 



Agradecimientos:
Hemeroteca del ABC
Periódico El País
Revista El Croquis
idealista.com
flickr.com
adevaherranz.es